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Elizabeth McCaul
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Entrevista con Cinco Días

Entrevista con Elizabeth McCaul, miembro del Consejo de Supervisión del BCE, realizada por Ricardo Sobrino y Denisse López

2 de octubre de 2023

Estamos en un contexto de altos tipos de interés que están mejorando los beneficios de los bancos, pero las entidades se enfrentan a más impagos de los clientes. ¿Preocupa un repunte de la morosidad?

Venimos advirtiendo a los bancos desde hace tiempo que nos encontramos en tiempos de incertidumbre. Hemos hecho mucho hincapié en que estén alerta para vigilar sus carteras de crédito. Les hemos pedido que analicen sus niveles de provisiones para asegurar que tienen una visión nítida del potencial de deterioro de sus carteras. Es el momento de que los bancos inviertan en sus procesos de gestión del riesgo de crédito y en procesos de gobernanza suficientemente robustos.

¿Qué segmentos de crédito están mostrando mayores signos de deterioro?

Por ahora no estamos observando señales de deterioro, pero en un entorno económico como el actual, con tipos de interés al alza e incertidumbres geopolíticas, estamos pidiendo a los bancos que pongan en marcha procesos de gestión del riesgo de crédito sólidos en todas sus carteras. Hemos hecho especial énfasis en las carteras de hipotecas, de pymes y de inmuebles comerciales. Estamos llamando a la cautela y a que las entidades dispongan de indicadores de alerta temprana. Es importante para que puedan adelantarse a una situación problemática.

¿Están preocupados por la popularización de la financiación no bancaria?

Es una cuestión en la que nos estamos focalizando porque este tipo de financiación viene creciendo en los últimos diez años en Europa y tiene relevancia para la economía global. Las entidades financieras no bancarias no están sujetas a regulación bancaria y son menos visibles para los supervisores, por lo que hay riesgos que están menos controlados. Así que estamos prestando atención a este sector para conocerlo mejor. La financiación no bancaria es motivo de preocupación porque no sabemos qué exposiciones en libros de estas entidades pueden corresponderse con las de los balances de los bancos. También necesitamos comprender mejor la interconexión de estas entidades y los bancos, ya que puede ser una fuente de riesgo.

A principios de año, en Estados Unidos hubo una crisis de bancos medianos que no contaban con suficiente liquidez para operar. En Europa la banca evitó esa crisis, ¿quiere decir que están mejor supervisados los bancos europeos?

Hemos aprendido varias lecciones de las turbulencias en el mercado de EE UU, pero existen diferencias muy importantes entre esos casos y Europa. No creo que exista en Europa una entidad con un modelo de negocio parecido al de Silicon Valley Bank. El efecto de la retirada de depósitos de esa entidad por culpa de las redes sociales es algo nuevo que merece especial atención. Una de las lecciones más importantes que hemos extraído es la necesidad de implementar todas las normas de Basilea, especialmente las que inciden en contar con ratios de liquidez sólidas y requisitos de capital estrictos. Se da la circunstancia de que en EE UU no se implementaron todas esas disposiciones. Y aunque en Europa se han incorporado de forma más completa, es una llamada de atención sobre la importancia del aplicar fielmente las normas de Basilea y no rebajarlas.

En ese sentido, ¿en qué cuestiones está trabajando el BCE para garantizar la estabilidad financiera?

Cada año llevamos a cabo un análisis detallado de los riesgos que afectan a los bancos que supervisamos para un horizonte de tres años. Este análisis sirve de base para establecer nuestras prioridades supervisoras, que cubren las cuestiones que vemos aparecer en el mercado. Ahora estamos analizando las prioridades para los próximos tres años. Examinamos el riesgo microprudencial en las áreas del crédito y la liquidez, así como nuevos riesgos relacionados con la llegada de nuevos actores, como las fintech, o con nuevos desarrollos tecnológicos, como la inteligencia artificial, además de otros riesgos, como el riesgo climático. Igualmente tenemos en cuenta factores macro como el crecimiento de las entidades financieras no bancarias, que puede afectar al riesgo de contraparte.

El pasado mes de julio la EBA publicó las pruebas de resistencia bancaria y, en general, los resultados reflejan que los bancos europeos tienen niveles de capital saludables. Sin embargo, los supervisores siguen pidiendo prudencia. ¿Qué es lo que más les preocupa?

Las pruebas de resistencia son una herramienta importante que nos permite conocer la forma en que los bancos pueden capear escenarios muy adversos, en las condiciones en las que tendrán que transitar esa situación. Proporcionan una buena perspectiva sobre si la entidad tiene capital y liquidez suficientes para soportar ese shock. Aunque actualmente existe gran incertidumbre en el mercado, los bancos europeos están muy bien posicionados. Después de la gran crisis financiera, el BCE y, en España, el Banco de España trabajaron duro para establecer requisitos estrictos de capital y de liquidez, que han permitido que los bancos sean capaces de soportar los fuertes impactos recientes, como la pandemia, la invasión rusa en Ucrania y, ahora, el entorno con subidas de los tipos de interés. Hasta el momento, la resiliencia operativa de las entidades ha funcionado muy bien y sus balances han demostrado capacidad de resistencia.

Entonces, ¿por qué los supervisores se centran tanto en la conservación del capital?

El capital es la pieza clave para los supervisores. Sabemos que las fuerzas del mercado pueden cambiar rápidamente en el actual contexto de incertidumbre y los supervisores siempre quieren estar seguros de que los bancos están bien capitalizados y cuentan con balances sólidos, especialmente en escenarios de estrés. Si sus balances son sólidos, las entidades están en condiciones ideales para comunicar al mercado que no sufrirán déficits de capital en épocas de turbulencias y presiones. Está en nuestro ADN vigilar los niveles de capital y asegurarnos de que los bancos están preparados para la incertidumbre.

Como resultado de las subidas de los tipos de interés los bancos están logrando buenos resultados y distribuyendo mayores dividendos. ¿Les preocupa que sean demasiado generosos con los accionistas?

Pedimos a las entidades que tengan una sólida planificación de capital que respalde sus planes para los accionistas, y nosotros revisamos esos planes. Analizamos la base de negocio de cada banco y el ejercicio de planificación de capital para asegurarnos de que sean suficientemente sólidos. Creo que este proceso está funcionando bien y no tenemos ninguna preocupación concreta por el momento.

El año pasado, España anunció un impuesto extraordinario a la banca. Otros países, como Italia y los Países Bajos, también están gravando al sector. ¿Cree que estos impuestos están teniendo un impacto negativo en el balance de los bancos?

No puedo hacer un comentario específico sobre ninguno de esos países porque no conozco los detalles. Pero nuestra prioridad es que las entidades presten atención al riesgo de crédito. Si el impuesto se come el margen de interés del préstamo, esto podría tener un impacto negativo porque incentivaría a la entidad a proporcionar menos créditos debido a que estos se calcularon con un coste de riesgo incorrecto. Así que tenemos preocupación por el impuesto desde ese punto de vista. También tenemos que asegurarnos de que los bancos europeos sean atractivos para los inversores. Y cuando hay nuevos movimientos en esa dirección, puede haber un efecto amortiguador en la inversión que también debería preocuparnos.

Algunos países barajan la posibilidad de convertir este impuesto en permanente, ¿sería negativo para el capital de los bancos?

Si se mantiene durante un período relativamente largo, el impuesto puede castigar a un banco en un momento en el que los márgenes están en un mínimo cíclico y eso puede tener un efecto en su gestión general del balance. Para los préstamos concedidos en el pasado esto haría imposible tener una visión clara en el futuro. Desde el punto de vista del supervisor, la verdadera preocupación es que los bancos entiendan claramente su margen de interés neto. Que entiendan su coste de riesgo cuando conceden préstamos, para después incentivarlos a dotar provisiones adecuadas. Creo que ese es un componente clave. Pero, por otro lado, no se trata solo de que los bancos sean atractivos para los inversores, también tienen que asumir alguna responsabilidad. Por ejemplo, han tardado demasiado en aumentar la remuneración por los depósitos.

¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrenta la banca?

En mi opinión, los bancos deberían invertir en tecnología para el largo plazo. Necesitan que sus operaciones sean lo más eficientes y rentables posible en el futuro. Y esa inversión y la eficiencia en términos de costes que puede conllevar son beneficiosas para que aumente el cociente entre su valor de mercado y su valor en libros a largo plazo. En el corto plazo podría ser costoso, pero les traerá beneficios. También creo que tenemos trabajo por hacer en la Unión Europea: hacer posible, y ver prosperar, más fusiones transfronterizas. Tenemos que completar todos los aspectos de la unión bancaria y contar con un sistema de garantía de depósitos que cubra a los bancos de toda la Unión Europea. Todo ello permitiría a las entidades lograr la rentabilidad operando a través de las fronteras y las haría más atractivas para los inversores.

Claudia Buch ha sido elegida recientemente como candidata para presidir el Mecanismo Único de Supervisión por delante de la española Margarita Delgado. ¿Qué aportará y qué desafíos tiene por delante?

Se presentaron dos candidatas y ambas son magníficas. En cuanto a la española Margarita Delgado, estoy segura de que le esperan grandes retos y de que oiremos hablar de ella en el futuro. Está extraordinariamente cualificada, es una funcionaria pública comprometida, tiene cualidades de líder y es la subgobernadora del Banco de España. Uno de los principales desafíos a los que se enfrentará la nueva presidenta es dirigir la estrategia de supervisión en el actual momento de incertidumbre económica. Claudia Buch también está extraordinariamente cualificada y será una presidenta excelente. Es experta en estabilidad financiera y temas macroprudenciales. Eso hace que esté muy bien preparada para los desafíos actuales. Además, toma el timón en un momento en el que los bancos están en buena forma. En general, los niveles de capital son sólidos y la liquidez es buena.

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